Desde hace mucho que no escribo poesía
soy una vil impostora
matadme con piedad y conserven mi corazón
estoy en la orilla del río más tranquilo
que agita mi alma hasta el punto de escribir
de escribirles poesía
luego puedo arrojarte conmigo al agua
donde nos bauticemos como dios nos ha dicho
como dios nos ha mandado con falsa modestia
esos mensajitos pasivo-agresivos que le encantan a dios
TE QUIERO te quiero
claro que sí
te quiero como no se ha querido a nadie en la puta Tierra
te quiero con prepotencia
te quiero con toda la arrogancia que exista en el planeta
te banco tus pelotudeces
cuando me dices que llegas a las 10 y llegas a las 12, por ejemplo
cuando fumas
¡cuánto detesto que fumes!
odio que enciendas ese puto cigarrillo como diciendo
mírame estoy fumando para molestarte
y yo miro como eres un conchesumadre y te sonrío con la misma sonrisa homicida que aprendí de tantas películas
eso antes de la gran explosión
y se vuelve un llanterío: gritos, locuras, depresión, “me voy” “terminamos”, etcétera
aborrezco tantas cosas que me he quedado sin sinónimos aberrantes para contarlo
a veces mi imaginación frenética se estrella con un muro
y te imagino amando a cualquiera que se cruza por mi cabeza
y me dices “no seas celosa”
¿celosa yo? ¡por favor!
“no seas ridículo”
por la chucha sal de mi cabeza
estoy agitada, deprimida, vuelta loca
de esas locas que no matan con hacha
de esas locas pasivas que se tornan un torbellino
que terminan tirándose de algún rascacielos
esas locas suicidas, esas locas
las locas que no te matan pero te calan profundo
te dejan una herida barnizada con ajo en lo profundo del corazón
una pequeña herida que no sana nunca
la que finalmente te mata diez años después de forma inexplicable
es el plan perfecto
te quiero
te quiero ahora que estás conmigo
y me follas y te follo
y nos chupamos los cuerpos
y me comes
y volvemos locos a los vecinos
y entrelazo mis piernas en tu espalda
y me muerdes los pezones
y grito
y tenemos orgasmos cósmicos, orgasmos de otro mundo
orgasmos solo nuestros
vaya, deberíamos llamarlos de otra forma, bautizarlos y patentarlos
sin poesía, sin metáforas
yo te quiero más que la chucha
y punto
- recitado: