- Nota al encabezado:
Esto es tan antiguo que no lo recuerdo, navegué por mi drive y me tope con esto, me gusto, le hice un par de ajustes y lo traje. No me he fijado en la puntuación para nada así que debe ser un desastre caótico y tampoco lo corregí realmente, solo lo leí. Así que tampoco espero gran cosa de la ortografía. ¿Y si no le has hecho casi nada para que lo subes? Yo también me hago esa misma pregunta xD
Brilla el sol en un mundo que mis ojos nunca habían visto antes.
El mundo parece resplandecer, ante mi hay una inmensa pradera verde, pintada con pequeñas flores a cada lado, azules, rojas, blancas, amarillas y rosadas a la derecha. Anaranjadas, moradas, violáceas de un azul muy claro, como el color del cielo, un rosado tan suave que casi se confunde con el blanco a la izquierda.
Quizás sea por mi, por mis propios sentimientos, por mi mente idiota o mi corazón indeciso, tal vez no sea sino una representación de mi triste y absurda forma de vivir. Siempre entre dos caminos, incapaz de escoger uno y descartar el otro del todo. Pero camino por el centro de ambos parajes, sin tocar ninguna de las flores, sin siquiera rozar sus pétalos, sin mirar sus colores u oler su aroma. Simplemente avanzo sin mirar nada, sin ver nada, sin decidir nada.
Cada lado representa a una de esas personas que han marcado una decisión en mi vida. Amores, amistades y familiares. También me parece apreciar esas decisiones trascendentales en las que jamás he sabido que debía hacer. La carrera, el matrimonio, las creencias. No me encuentro bien, siento como mi salud se resiente al pensar en todo lo que he dejado atrás con el paso de los años, todo lo que he perdido por largo tiempo. Quizás sea el momento de tomar una decisión. Quizá sea el momento de abandonar esta camino verde que separa las decisiones, abandonar la cobardía, el caparazón, la muralla de la indecisión que me protege de fallar, de errar, de equivocarme y tener que reconocerlo ante todos. Quizá sea el momento de volverme más valiente.
Nada me gustaría más que hacerlo, nada me quitaría más peso que verme capaz de tomar decisiones, de alzar mi voz y tomar una decisión. Sin importar que salte entre los lados en más de una ocasión, que en una ocasión escoja a la familia y en otra a mi amor, que escoja a los amigos más tarde y la carrera luego de ellos. Nada me haría más libre que establecer una lista de valores, algo que me haga más fácil decidir, establecer, por primera vez en mi vida, las cosas que son más importantes para mi. Abandonar el temor de herir a los demás, de perderlos por una decisión. Si se marchan, nunca fueron dignos de mi compañía ¿Hasta que punto es esto cierto?.
Si no los escojo, ¿acaso no es cierto que soy yo quien los abandona en cierto sentido? ¿Eso no me convertiría en lo mismo que a ellos? y ¿Por qué debería ser como ellos? ¿Acaso los he ofendido? ¿Me ofendieron a mi? ¿Puede alguien explicar esto y darme el punto de vista por el cual debo tomar decisiones? Nadie puede, eso es imposible
No me encuentro bien, una nueva decisión aparece delante de mi. Vivir o morir. No quiero morir, pero vivir es decidir, no quiero decidir. ¿Qué debo hacer?
Es cierto, la vida es tomar decisiones de forma continua, constante e infinita. Desde ese punto de vista, la muerte parece una dulce liberación, ese beso en la frente que me daba mi madre antes de enviarme al mundo de morfeo. Sin embargo, nada garantiza que sea de ese modo. El budismo asegura que al morir, esperas, para luego renacer en una nueva forma de vida, mejor o peor, dependiendo de como hayas guiado tu vida. ¿Debería creerlo? ¿Debería reírme de ese modo de pensar? No lo sé pero... si es cierto, la muerte no es una liberación, no es nada más que una forma de escapar de aquello que necesito enfrentar.
Odio tomar decisiones ¿Por qué diablos debo escoger? Desde que me levanto de la cama debo escoger que camisa usar, que pantalón, que ropa interior, si usaré chaqueta, blusa, sueter o sudadera. ¿Por qué demonios tenemos que elegir desde que ponemos los pies en el suelo? ¿Uso las pantuflas o no? Diablos, escogemos desde que abrimos los ojos ¿Me levanto o no? La vida es una decisión tras otra, es equivocarse y corregir. La vida es esto y quiero enfrentarla, porque, al fin y al cabo, merece la pena hacerlo.